
Como maestro nos hace vivir y admirar su estilo virtuoso, moderado, armónico, cálido y dadivoso. Como artista nos revela lo apacible, saludable, natural, observador, poeta, y como hombre, evidentemente dependiente de la sabiduría Divina, de donde emana tan noble proceder a pesar de tan cruel pago de los que hoy se congratulan con sus conocimientos. Con un carácter absolutamente refinado en fuego.
“¿Acaso no puede sembrarse en un mismo huerto, hierbas y flores de todas las especies y aromas? Y cuanto mayor sea la variedad más hermoso será el espectáculo para los ojos, más suave el deleite del olfato, mayor el placer del corazón”. (14). Compara la naturaleza con el proceso de enseñanza aprendizaje, permitiéndo extraer ideas directas y subliminales, haciéndo de este texto un verdadero diálogo entre lo dicho por el pedagogo y maestro, su didáctica; jalona al lector en el deseo y la necesidad de remitirse a hacer levantamientos de escenarios imaginarios, históricos, empujados por la creatividad del escritor que renueva las diferentes técnicas empleadas ayer y hoy en ese proceso inherente al ser humano de la enseñanza y el aprendizaje.
Comenio, con una frase de Aristóteles comparó el alma del hombre a una tabla rasa, en la que nada hay escrito, pero en la que pueden inscribirse muchas cosas,
“Y de igual modo que en una tabla rasa limpia puede escribirse lo que el escritor quiere o pintarse lo que desea el pintor conocedor de su arte, así en el entendimiento humano puede, con igual facilidad, fijarlo todo aquel que no ignore el artificio de enseñar” (14). Para Juan Amos Comenio, la educación, es imprimir, marcar, establecer en el aprendiz lo que debe ser, e instruirlo en lo que lo hará hombre.
”La variedad de las operaciones internas y externas es la misma ordenada proporción de los movimientos”. (16) Las operaciones son las inclusiones que el conocimiento ha hecho desde el aprendizaje, y la proporción de los movimientos son las regulaciones y moderaciones causadas por la enseñanza que ordena y determina como llave, las acciones y pasiones. “La razón es el muelle que detiene o impide el movimiento y regula y determina qué, adónde y en que medida debe aproximarse o separarse... Por lo cual si no se pone demasiado peso con los deseos y afectos y la razón como llave regula y cierra sabiamente, no puede menos de resultar la armonía y consonancia de las virtudes: esto es, una suave ordenación de las acciones y pasiones” (16). Para Comenio, la regulación en el comer, beber, dormir, hacer, es esencial en la formación de hábitos temperantes.
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