viernes, 20 de noviembre de 2015

El rol del psicólogo educativo: En relación con los padres de familia

En relación a los padres, se pueden delimitar 3 funciones del psicólogo:

1) Información diagnóstica y asesoramiento: El psicólogo primero recoge información de los padres (entrevistas iniciales - anamnesis) y después aporta información (entrevistas de devolución), sobre las evaluaciones realizadas a sus hijos (individuales, colectivas, de orientación académica-profesional…), y en base a estos datos asesora a la familia para el manejo de las situaciones que los miembros de la familia hayan podido experimentar (pérdida de seres queridos, divorcio, rivalidad fraterna, fracaso escolar, anorexia, drogas…), sobre problemas y procesos psicológicos que afectan al aprendizaje (trastornos de sueño, de la alimentación, de conducta…), etc.
2) Formación: El psicólogo organiza conferencias-coloquio sobre temas de interés para los padres (características evolutivas de cada ciclo vital, estrategias para fomentar el autoconcepto-autoestima, la inteligencia emocional, el apego seguro en los hijos, sexualidad en la infancia y la adolescencia, técnicas de comunicación con los hijos, consumo de drogas, utilización de Internet, problemas de aprendizaje, psicopatología infanto-juvenil…). Además, potencia las escuelas de padres que contextualicen estos procesos formativos.
3) Intervención: El psicólogo realiza intervenciones terapéuticas de primer nivel con el grupo familiar con la finalidad de favorecer que aprendan a resolver conflictos que mejoren el equilibrio homeostático de la familia, o deriva el tratamiento a profesionales externos realizando un seguimiento del mismo. Además, lleva a cabo intervenciones colectivas para implicar a los padres en los programas que se estén llevando a cabo con sus hijos (por ejemplo, para fomentar valores prosociales favorecedores de la convivencia), y facilita la cooperación entre los padres y otros profesionales (profesores, responsables pedagógicos, psicólogos clínicos, entre otros) para la detección y solución de problemas educativos y de desarrollo.
En síntesis, el psicólogo contribuye a la necesidad de conjugar la escuela cada vez más competitiva y la escuela integradora que fomenta la inclusión y el desarrollo integral de todos los alumnos, a la necesidad de trabajar en equipo, y a la necesidad de construir un espacio para escuchar y atender al alumno, a los padres y profesores.

A pesar de que la Psicología Educativa ocupa el segundo lugar, tras la Psicología Clínica, en cuanto a perfiles de actividad profesional, el papel del psicólogo en los centros educativos se ha ido diluyendo en los últimos años (otros profesionales están desarrollando muchas de las funciones específicas del psicólogo pero sin la formación adecuada) y pocos estudiantes de Psicología realizan esta elección. Por ello es necesario: 1) delimitar las funciones del psicólogo educativo, diferenciándolo de otros roles profesionales (especialistas en pedagogía terapéutica, consultores…); 2) incorporar psicólogos en todos los centros educativos, con especialización en las distintas etapas, con una ratio de alumnado aceptable (200 alumnos) que posibilite el desempeño realista de las funciones descritas que llevará a cabo en colaboración con otros profesionales (profesores, especialistas en pedagogía terapéutica, etc.); y 3) exigir un postgrado de Psicología Educativa con directrices propias, que habilite para el ejercicio de la profesión, es decir, un itinerario formativo específico enmarcado dentro del Espacio Europeo de Educación Superior.

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